Presumen seguridad con asesinato

Durante los últimos días el gobierno del Estado no se ha cansado de hacer referencia a que la zona sur de Tamaulipas se coloca dentro de las consideradas más seguras en toda la nación, en base a la percepción de sus habitantes.

Según el INEGI quienes radicamos en Tampico, Ciudad Madero y Altamira nos sentimos más seguros que en la mismisima Suecia o dentro de alguna fortaleza plagada de medidas en pro de nuestra protección diaria.

Los Alcaldes de la zona sur y el propio representante de las mesas de seguridad, Luis Apperti Llovet han secundado la postura.

Pero todas esas presunciones se vienen abajo ante el asesinato de Mario Eduardo Olivo Acuña, desaparecido desde el pasado sábado 1 de junio y localizado hecho -literalmente- pedazos en una casa de la zona sur de Tamaulipas, esa que presumen es segura.

El univeristario salió de su casa a encontrarse con unos amigos de la carrera de comercio, pero desde ese día sus padres ya no supieron nada de él, comenzando una frenetica busqueda en redes sociales y en las calles.

La semana pasada detuvieron a un presunto implicado de nombre Cesar Andrés, apodado “La Paquita”, quien fue revelando como fue que se dio el hecho en que están involucrados la exnovia de Mario de nombre Keren y su actual pareja un tal Gilberto.

Resulta, según lo que se ha revelado, que el joven fue llamado por Keren a la casa ubicada en la calle Aguascalientes esquina con Jaumave en la colonia Talleres de Ciudad Madero, donde estaba Gilberto quien lo mató movido por los celos.

La mujer salió corriendo y guardó silencio, incluso hay quienes dice que acudió a las manifestaciones que exigian a las autoridades para localizar a Mario.

A la casa llegó “La Paquita” quien ayudó a deshacerse del cuerpo, procediendo a despedazar a Mario para colocar parte de las piezas en un tambo de plástico y posteriormente cubierto con cemento.

El caso que ha conmocionado a la sociedad en general evidencia que el mundo imaginario de las autoridades está muy lejos de la realidad.

No podemos seguir presumiendo que somos la zona más segura del país cuando se siguen registrando crímenes como este, mientras la misma sociedad pareciera ha perdido la sensibilidad y respeto a sus semejantes.

Pónganse a trabajar para generar una cultura de convicencia sana, de restructuración del tejido social para no volver a ver más casos como Mario o Benazir.

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