Investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) trabajan en proyectos que han permitido desarrollar estrategias de intervención para pacientes que viven con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana o VIH, cuya labor ha derivado además en publicaciones especializadas dirigidas a expertos en psicología.
Al respecto, la líder del Cuerpo Académico en Consolidación de Estudios de Psicología, Dra. Luz Adriana Orozco Ramírez, explicó que el proyecto de intervención para enfermedades crónicas abarca padecimientos que son considerados problema de salud pública como la diabetes.
“El trabajo con VIH, que se llama adherirse a la vida, otra de las líneas que estamos trabajando, es un manual de tratamiento para pacientes con VIH que se les dificulta adherirse al tratamiento, es derivado de un diagnóstico de calidad de vida en pacientes con VIH”.
“Y de ahí se derivó la forma que podemos intervenir como psicólogos con este tipo de pacientes, cuando se dificulta el tratamiento farmacológico y psicológico, el resultado del proyecto que es un libro, ya fue aceptado por la editorial y ya está en el proceso de impresión”, indicó.
Por su parte, el Doctor en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro del Cuerpo Académico, Ariagor Manuel Almanza Avendaño, describió que la intervención psicológica en pacientes con VIH, va desde su núcleo básico de interacción social que es su familia.
“Me acerco a las narrativas del padecimiento como forma de comprender los significados que las familias construyen acerca de los padecimientos y trabajé con expertos en VIH para mi tesis doctoral, que fue sobre narrativas del padecimiento de personas que viven con VIH y sus familiares”.
“Y la intención de ese trabajo era conocer cómo a través de la trayectoria del padecimiento pueden ir resignificando la vida con ese diagnóstico, porque en los 80s estaba considerado como sinónimo de muerte, y aún está vinculado al estigma y la discriminación”.
“Entonces vimos que aunque llegan al diagnóstico con estos significados culturales, que son construidos a través del tiempo, sí es posible resignificar esa vida con el padecimiento y, de ser una sentencia de muerte, puede verse con el padecimiento crónico que
es, que puede ser manejado y normalizado en su vida cotidiana, a pesar que siguen los episodios de estigma y discriminación sobre todo en el trabajo y aspectos del salud. La idea era proponer estrategias de atención en las instituciones de salud”, señaló.
Puntualizó que en materia de psicología de la salud, trabajaron como cuerpo académico en el proyecto de adherencia para conocer los facilitadores y también las barreras para el acceso al tratamiento de pacientes que viven con VIH.
“Es un tratamiento que requiere niveles de 95% de adherencia, entonces era importante saber qué hacen en su vida cotidiana, bajo la idea de que, quien es experto en el tratamiento es la misma persona. Conocimos sus estrategias para seguir con el tratamiento, y también las barreras que puedan encontrar, para luego hacer una intervención para promover la adherencia a los tratamientos”, concluyó.