Hoy concluye el año 2016 y para muchos será verdaderamente inolvidable, al haberse convertido en un periodo de verdaderos cambios en el orden político y social que le dieron un vuelco al diario devenir pintando el estado de Tamaulipas de azul.
El hecho de mayor trascendencia se registró en el rubro electoral ya que por primera vez en la historia se generaba la transición de gobierno dejando atrás ochenta y seis años de gobiernos priistas.
El hartazgo social fue tal que los priistas y sus aliados naturales o rémoras del Partido Vede Ecologista de México y el Partido Nueva Alianza nada tuvieron que hacer frente al panismo que se convirtió en la única opción de cambio.
El entonces senador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien venía trabajando fuerte desde hace muchos años para competir por la gobernatura se impuso a rivales que también la querían como la alcaldesa de Matamoros, Leticia Salazar, o el alcalde de Nuevo Laredo Carlos Canturosas.
La pelea se dio primero a nivel interno y después por los votos en las urnas enfrentándose principalmente a Baltazar Hinojosa Ochoa, el priista qué pasó a la historia como el gran derrotado del 2016.
Fue en junio del año que hoy termina que se dio lo que nunca antes, las casillas registraban largas filas de tamaulipecos queriendo emitir su voto de castigo al PRI, ya que el Gobierno de Egidio Torre Cantú fue verdaderamente desastroso.
Si a eso le sumamos la historia de Eugenio Hernández Flores y los pendientes de Tomas Yarrington Ruvalcaba los tamaulipecos ya no querían verse más como los masoquistas que elegían a sus verdugos.
Ese triunfo de Cabeza permeó a los municipios como Ciudad Madero, donde el empresario José Andrés Zorrilla Moreno, llegaba a la titularidad del Ayuntamiento, aún siendo candidato externo del PAN.
Muchos, o mejor dicho la mayoría de los panistas, le dieron la espalda e incluso quisieron evitar la candidatura, entre ellos Oscar Morado presidente del PAN y Francisco Castañeda Cruz regidor, quienes tenían como gallo a Juan Torres Saenz.
El caso es que Zorrilla hizo campaña prácticamente solo, con no más de veinte personas que lo seguían entre ellos Patricia Guzman, incondicional y actual secretaria particular del munícipe.
Así recorrido las calles y colonias sin que nadie le apostará a su triunfo, pero de manera sorpresiva, incluso para él, le gano al priista y Petrolero Humberto Oliva Barreda, quien la sentía segura.
Apenas se supo del triunfo los panistas se volcaron en apoyo a Zorrilla, al más puro estilo lambiscon, pero el alcalde ha sabido colocar en puntos estratégicos a quienes verdaderamente le brindaron siempre el apoyo.
Si bien es cierto personajes del cabildo no son lo esperado como el síndico Héctor Mondragón Abdalá, los regidores Crystal González López, Rosalío Guzman Chirinos, Ibeth Quinta Alvarez, Pablo Leal Zararain, Silvia Mancilla y Korina Estrada que verdaderamente no sirven más que para cobrar su jugosa quincena.
El 2016 dejó en la política maderense muchas sorpresas y para el 2017 que arranca mañana las alianzas y trabajo político será fundamental ya que ahí por el mes de agosto ya se irán definiendo quienes irán por la del 2018.