Para olvidar será la actual administración de Ciudad Madero, la cual se ha caracterizado por resultados verdaderamente pobres en el desarrollo de bienestar social, humano y Urbano.
Hagamos un ejercicio, ¿Quién de ustedes recuerda una obra de verdadera trascendencia el el gobierno de Mario Alberto Neri Castilla?, ¿Quién de ustedes ha quedado satisfecho con el desenvolvimiento de la actual administración?, ¿A quién le ha parecido un acierto la manera de administrar la ciudad?.
Seguramente la respuesta será que a prácticamente nadie ya que se trató de un trienio donde lo último que importaba era el desarrollo de la municipalidad y el dinero terminaba aplicado en temas de nula trascendencia, en una nómina inflada de petroleros abusivos o en el pago a consejos vecinales.
Al arranque del actual gobierno se inauguraron obras como la rehabilitación de las escolleras o la reconfiguración del Parque Bicentenario, ambas millonarias y de alto impacto en el turismo, pero resulta que las dos las gestionó y arranco Jaime Turrubiates Solis.
Ahora presumen inversiones de Walmart y HEB, discúlpenme pero eso viene de la iniciativa privada; la inoperante Casa de la Tierra que hizo el gobierno estatal o la espantosa rehabilitación de la plaza Gobernadores que cabe hacer mención también es del estado y no sé ha terminado.
¿Entonces qué puede presumir Mario Neri?, si se dedicó a rehabilitar cuadras de calles, pintar cordones y banquetas en eventos con puro acarreado de aplausos pagados, en una verdadera simulación de progreso.
Ahora presume que es una administración que no dejará deuda, sería el colmo que con los nulos resultados todavía vinieran a heredar un pasivo a la de por sí lastimada economía maderense que viene arrastrando el flagelo de las deudas desde el gobierno de Juan Hernández Correa.
Vergüenza debería de darles decir que Madero cambió, que creció, que es una ciudad competitiva como se ve que no han recorrido la zona norte, que no han olido sus lagunas o que no han viajado en su despedazado transporte público.
Ciudad Madero no necesita gobernantes de retórica plausible, de porras de petroleros forzados a ir a los eventos o de intento de funcionarios que quieren aprender a gobernar.
Madero ya no está para esperar a ver qué sucede, son más de 25 años de retraso que verdaderamente ha impactado en la imagen urbana, desarrollo social y sobre todo en la infraestructura del otrora municipio pujante.