Todo indica que el personal del DIF Madero necesita terapia ocular y de rumbo, ya que no dan con bola en las estratégias que aplican para mejorar las condiciones de las personas más desfavorecidas del municipio petrolero.
Y no se trata de responsabilizar de todas estas situaciones a la presidenta Ana Cristina Organista de Oseguera, quien sin duda lo único que hace es dejarse guiar por quienes pareciera que no saben lo que están haciendo.
Esquemas de desayunos escolares, apoyo a madres adolescentes, personas con discapacidad y abuelitos dejan mucho que desear ya que es poco o casi nada lo que se ha logrado canalizar en este esquema de apoyo social.
Llama la atención que esta situación ocurra al estar al frente personas tan preparadas y conocedoras de este sistema como lo es Amelia Josefa Pérez Rodríguez, misma que ocupó un puesto destacado en la administración de Karen Patricia Romero de Meníndez, hija de Esdras Romero Vega.
Quizá, y estamos solamente elucubrando, se esté gestando desde las entrañas del DIF Madero una situación que expone a la presidenta, lo que aunado a la apatía de esta para dar a conocer lo poco que hace la pone en notoria desventaja.
Lo único que se ha destacado del DIF Madero es la rehabilitación del quirófano y área de recuperación de la Clínica DIF Madero, en la que se invirtieron casi un millón de pesos y para el colmo echaron abajo ese logro poniéndole el nombre de Ana Cristina Organista de Oseguera.
Habrá que ver qué presentarán en el informe que la presidenta dará el próximo mes de octubre, con que llenarán todo el espacio si es exageradamente poco lo que se ha hecho o lo que se ha dado a conocer que se hace.
La asesoría a la presidencia del DIF Madero está dejando mucho que desear, la administración del mismo organismo tiene tarea pendiente que echar a andar y hacer que verdaderamente esta parte sensible del gobierno municipal se haga notar.