Casi un año ha pasado desde que el gobernador del Estado, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, acudió a Ciudad Madero para anunciar la apertura del paso a desnivel del Callejón de Barriles y la avenida Tamaulipas.
Con bombo y platillo se abrió a la circulación la estructura vial, ponderando que se trataba de la primera en su tipo en la llamada urbe petrolera, donde el Gobierno del Estado había aplicado la suma de 200 millones de pesos.
Hasta el cansancio el alcalde José Andrés Zorrilla Moreno repitió que se trataba de una obra histórica, que venia a cambiar la fisonomía y la modernidad vial en el municipio que entonces pretendía gobernar por tres años más.
Incluso se aseguró que el paso a desnivel se había construido en un tiempo record por parte del gobierno del Estado, pero nunca se mencionó que realmente solo se abrió para dar paso a los turistas en la semana santa del año pasado.
Hoy a más de once meses de esa simulación de entrega cuadrillas de trabajo siguen trabajando en ese sitio, supuetsamente para embellecer el puente que cada vez resulta más caro para el erario estatal por la tardanza en las maniobras.
El director de obras públicas de Ciudad Madero, Carlos Leal Contreras, aseguró que en la estructura se desarrolla “un contrato del gobierno del estado donde van a hacer muros verdes para darle un poco más de imagen urbana a ese paso a desnivel”.
Lejos esta ese 22 de marzo del 2018 cuando Cabeza de Vaca vino a Madero y dijo que el puente estaba listo, que alguien le avise al gobernador que simplemente el puente, que desde inicio estuvo chueco, sigue incompleto, realizandole modificaciones y añadiduras inecesarias.