José Andrés Zorrilla Moreno pareciera que tiene los enemigos en casa, justo en las oficinas que él mismo asignó a sus titulares, a quien les entregó la confianza de formar parte de su administración.
Pues no sale de un escándalo para meterse en dos más, durante los últimos meses ha sido objeto de críticas tremendas ante el despilfarro, abusos y poses de quienes se supone son sus más “leales” servidores.
Uno es el flamante tesoro Adolfo Ortíz Flores quien es señalado por los propios proveedores de exigir no el diezmo, sino el 40% de las ganancias que representen los contratos otorgados por el municipio.
Eso le ha generado desde manifestaciones, quejas hasta denuncias, pero nadie ha tomado medidas al respecto ya que el encargado del dinero maderense está bien parado con Zorrilla, ya que se dice que incluso Fito -como le dicen de cariño- será el sucesor.
Tan bien le ha ido al señor tesorero que ya está por abrir o es que ya abrió un muy elegante negocio de venta de alitas y cheve, por eso su interés de poner freno a otros negocios de este tipo en el municipio.
Y que decir de Patricia Guzmán, quien ha surgido al mundo publico con la nada grata imagen de una mujer que se cree todopoderosa y que ahora resulta que es beneficiará de préstamos por parte de la administración.
Pues información filtrada de la misma gente de la tesorería dio a conocer que se le autorizó un prestamito de 350 mil pesos, que se le iría descontando de su jugosa compensación.
Esto a todas luces es irregular ya que el municipio no debe ser un agente de financiamiento ya que el dinero es público y debe ser usado para prioridades de infraestructura, no para gustitos de los altos mandos.
Lo mismo hicieron los regidores de la pasada administración priista de Tampico, donde incluso se inició un proceso penal por esa falta, ahora resulta que los panistas o los de colores diferentes entran en las mismas prácticas.
En tanto el alcalde Zorrilla no escucha y sólo atiende las adulaciones o a quienes con tal de conservar sus beneficios económicos le hacen creer que es la panacea en la administración pública, nada más alejado de la realidad.
Y quien se supone debe orientarlo o mínimo protegerle la espalda están más preocupados por beneficios personales que han generado golpeteo mediático y político que sin duda ha mermado la aceptación del alcalde Andrés.