El ex presidente de Cataluña y líder del partido Junts, Carles Puigdemont, anunció que suspende “las negociaciones sectoriales” que mantienen con el gobierno, y que no negociarán los presupuestos ni apoyarán nuevas iniciativas en el Congreso hasta que no se resuelva su propuesta para que la Cámara debata sobre si el presidente Pedro Sánchez debe someterse a una cuestión de confianza, que la Mesa evitó ayer.
Desde su escondite en Bruselas, donde se refugió desde 2017 cuando declaró ilegalmente la independencia para no ser encarcelado. Así, Puigdemont vuelve a presionar al Ejecutivo socialista a sabiendas de que sin el apoyo de Junts la legislatura corre el riesgo de terminar, por lo que Sánchez se vería obligado a convocar elecciones generales. El apoyo de Junts provocó que Sánchez continuara como presidente.
No obstante, Puigdemont declaró que “tenemos que encontrar el desatascador”, y aseguró que su deseo es poder recomponer la relación con el PSOE. Ahora bien, si esa solución no llega, Puigdemont también advirtió que la relación se encontrará en una situación de “punto final”.
Además, dejó abierta la posibilidad de reunirse con Pedro Sánchez, aunque dijo que no es condición indispensable para superar el choque.
La suspensión de las negociaciones con el PSOE, sin embargo, no es completa, y por lo que se ha explicado, se limita ahora al Congreso. Así, y como el mismo Puigdemont ha explicado, las conversaciones para el traspaso de las competencias en inmigración, la amnistía o el catalán en Europa no se detienen.