Pueblo Viejo, Ver.- Hace hace 4 meses la familia integrada por Alejandro Pascal y Nadia María Blanco junto a sus hijas Guillermina, Constanza y Estefi, iniciaron la aventura más grande de su vida y en esta odisea una tarde de noviembre llegaron a pasar una noche de descanso en Pueblo Viejo que les recibió con los brazos abiertos.
Originarios de la provincia de La Rioja en Argentina, unidos en matrimonio desde hace una década,ella profesionista en contabilidad y el ingeniero en sistemas.
Tras enfrentar la pandemia del covid 19 que sacudió las vidas de la humanidad y también generó en la mente de millones el recordatorio que solamente estamos de paso y que se debe de vivir y no solamente existir, la familia Pascal Blanco tomó una de las decisiones más emocionantes de su vida.
Luego de mantenerse en un periodo vacacional en el cual se vieron obligados a laborar en línea, se dieron cuenta que podián vacacionar trabajando y esta necesidad se sembró en su alma, al grado de obsesionarlos para buscar nuevas emociones que día a día les permitieran disfrutar de la grandeza del vivir.
Fue así como tomaría forma en su mente y después de manera material el proyecto de denominado “Tinkunaco en ruta” que significa encuentro, fue así como Alejandro, descubrió sus capacidades como diseñador de interiores en esa vieja van Mercedes Benz que se ha convertido en su casa rodante y que ha sido la nave al viaje de sus sueños.
Esta Van se transformó en su hogar rodante y en en ella se cuenta con el espacio de dormitorio para las tres pequeñas,además para los padres sus padres, tiene cocina y sanitario y en su largo periplo ya los ha llevado a pisar tierras en Paraguay Bolivia, Perú, Ecuador Colombia y esta su primer visita a México en donde por azares del destino llegaron a Pueblo Viejo, municipio que los ha arropado y conquistado por su belleza y la amabilidad de su gente.
Refirieron que las circunstancia de la pandemia los hizo reflexionar sobre la fugacidad de la vida, conocieron a muchos amigos que como ellos decidieron darle un giro tremendo a su vida y salir de la rutina y la idea tradicional de la vida que está enmarcada por el trabajo y las cosas habituales a las que todas las personas estamos acostumbradas o en el peor de los casos resignadas.
“Entendimos que podíamos trabajar en línea y viajando, vacacionando viviendo, por eso escapamos de la vorágine de la rutina, de lo normal de lo que se piensa debe de ser la regla y nos aventuramos junto con nuestros pequeñas a vivir esta aventura que ha sido extraordinaria”. Refirió Alejandro.
Por ello indicaron que ellos siguen atendiendo sus actividades laborales tal y como lo hicieron de manera presencial y con ello reciben sus ingresos con los que van financiando los pagos de sus viajes,además el sistema educativo ha permitido que las pequeñas Guillermina, Constanza y Estefi, pueden atender los temas del colegio y seguir en este viaje que ya consideran son unas vacaciones sin fin.
Por ello la travesía busca extenderse hasta llegar a la Unión Americana y conocer varios de los sitios que siempre han anhelado visitar, indicando que México tiene lugares de extraordinaria belleza, pero sin duda la calidez de su gente, que ha sido tan amable y solidaria con ellos, es algo que siempre recordarán con mucho cariño.
En su visita en Pueblo Viejo conocieron playa hermosa y disfrutaron del mirador que presenta desde un punto estratégico la grandeza del Golfo de México en una playa tranquila, que los arropó de manera íntima y acogedora
El recorrido también incluyó la zona centro y en donde han degustado platillos tradicionales desde las clásicas tortas de barbacoa y el agua de horchata, además de platillos de la gran variedad gastronómica de pescados y mariscos que ofrece la zona.
Estuvieron presentes en el parque ecológico de “El mango” en la congregación Anáhuac, en donde las autoridades encabezadas por Valeria Nieto Reynoso les hicieron una invitación muy especial, para que estén presentes en la inauguración de esta bella obra que se realizará mañana sábado.
De esta forma la familia de Alex y Nadia María, escaparon de las garras de la rutina, de la idea de que lo normal debe ser lo obligado, y que la costumbre debe arraigar y obligar a establecerse.
Sin embargo se resistieron a esa idea y como muchos después de la experiencia de la pandemia, decidieron no solamente existir, sino también vivir y lo están haciendo en grande, viviendo el viaje de sus sueños al que aún no están decididos a ponerle fin.
