Mientras el centro de Texas se recupera de las inundaciones repentinas que causaron la muerte de más de 100 personas este fin de semana, se agudizan las preguntas sobre si las autoridades podrían haber hecho más para evitar la tragedia, tanto en las décadas previas al desastre como en los momentos posteriores al desbordamiento del río Guadalupe.
En los últimos años, múltiples esfuerzos en el condado de Kerr para construir un sistema de alerta de inundaciones más robusto han fracasado o se han abandonado debido a problemas presupuestarios, dejando al epicentro de las inundaciones de este fin de semana sin sirenas de emergencia que podrían haber advertido a los residentes sobre la crecida de las aguas.
Y aunque al menos un condado vecino emitió órdenes de evacuación en la mañana del 4 de julio, las autoridades del condado de Kerr no parecen haberlo hecho.
Una revisión de las comunicaciones, generalmente no publicadas, de un sistema de mensajería en tiempo real operado por el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) mostró que ningún administrador de emergencias del condado de Kerr enviaba mensajes ni interactuaba con el personal del NWS en la plataforma, incluso cuando los funcionarios de emergencia de otros condados sí lo hacían. CNN obtuvo permiso para reportar parte de la información de esta plataforma.
La falta de mensajes no significa que las autoridades del condado de Kerr no estuvieran monitoreando las comunicaciones del NWS ni actuando en consecuencia. Sin embargo, plantea nuevas preguntas sobre las acciones de las autoridades locales, especialmente en un lapso crucial entre la primera alerta pública del NWS a la 1:14 am y una alerta de inundación repentina más urgente enviada varias horas después.
Algunos funcionarios locales han defendido la decisión de no ordenar evacuaciones generalizadas, alegando su preocupación de que los vehículos pudieran haber quedado atrapados en la rápida crecida del agua.