IDENTIDAD, ESTRATEGIA Y VOLUNTAD COLECTIVA

Hay palabras que fundan civilizaciones, y hay silencios que las destruyen. En la política, como en la vida, el lenguaje no es una herramienta secundaria, es el instrumento con el que se nombra el mundo, se interpretan las causas, se define al adversario y se proyecta un futuro posible. Pero no basta con hablar bonito: hay que hablar con propósito, con sentido y con arraigo.

La estrategia, entendida en su dimensión más profunda, es la capacidad de transformar una intención política en voluntad colectiva. Y eso solo es posible cuando una idea se encarna en símbolos compartidos, en relatos que conectan con la experiencia viva del pueblo, y en decisiones que no se quedan en la coyuntura sino que trascienden. Porque las ideas, para sobrevivir, no solo deben ser ciertas: deben ser sentidas.

Por eso, todo proyecto político que aspire a perdurar y a trascender debe comenzar por una pregunta fundacional:

¿Qué identidad cultural queremos representar?

La identidad cultural no es ornamento ni accesorio: es territorio simbólico. Es la herencia emocional de un pueblo. Es la forma en que una comunidad interpreta el dolor, celebra la alegría, enfrenta la adversidad y se cuenta a sí misma quién es y hacia dónde quiere ir. Quien subestima la identidad cultural está condenado a construir en terreno ajeno, sobre cimientos débiles, y terminará siendo solo una moda de temporada.

Pero no basta con identificarse con una cultura; hay que dotarla de marcos conceptuales sólidos. La política no puede limitarse a la inmediatez: necesita ideas que organicen el pensamiento, que sirvan como brújula frente al ruido y la confusión. En un entorno saturado de estímulos y contradicciones, los marcos conceptuales actúan como lentes que permiten ver con claridad. Definen lo que es justo, lo que es posible, lo que es urgente. Permiten distinguir entre el síntoma y la causa, entre el atajo y el camino real.

Aquí entra de nuevo el lenguaje, ese que no solo comunica, sino que crea mundos. Hay palabras que movilizan y hay discursos que anestesian. Hay relatos que convocan al pueblo a la esperanza, y otros que lo empujan a la resignación. En un país marcado por desigualdades históricas y profundas heridas sociales, no basta con hablar: hay que decir lo que necesita ser dicho y de la forma en que el corazón colectivo lo pueda procesar.

La estrategia efectiva es aquella que convierte relato en movimiento, y movimiento en transformación. Para ello, se necesita más que técnicos o políticos profesionales: se requiere de un perfil que escasea pero que es imprescindible en cualquier proceso de cambio real. Se necesita un hacedor de realidades.

Un hacedor de realidades no es un soñador ingenuo ni un operador sin ética. Es alguien que sabe leer el contexto, construir consensos, sostener el rumbo frente a la tormenta y ejecutar con precisión. Es quien logra que una visión se vuelva estructura, que una emoción se convierta en política pública, que una esperanza no muera en el discurso.

En este camino, todo líder o estratega se enfrenta a dos grandes responsabilidades:

1. Conciliar intereses.

Vivimos en sociedades fragmentadas, con demandas múltiples y muchas veces contrapuestas. La conciliación no es claudicar, sino encontrar el punto donde el bien común no sacrifica la dignidad de nadie. Requiere diálogo, empatía, legitimidad y coraje. Porque no siempre conciliar es lo más cómodo, pero sí es lo más necesario para avanzar sin fracturar.

2. Dar soluciones.

La política no puede quedarse en el diagnóstico ni en la promesa. Debe dar respuestas. Respuestas concretas, realistas, medibles. El verdadero líder no es el que ofrece milagros, sino el que pone el cuerpo para que las soluciones sucedan. El que entiende que cada decisión implica un costo, y aun así actúa, porque sabe que no hacer nada es también una forma de fallar.

Hoy más que nunca, los pueblos no necesitan mesías ni tecnócratas, sino liderazgos conscientes de su papel histórico: convertir el deseo social en proyecto común, el conflicto en propuesta, y la emoción en motor de transformación.

La política, cuando es auténtica, no se reduce a la búsqueda del poder por el poder. Es una forma de hacer posible lo que parecía imposible. Es un acto profundamente humano. Es, como decía Gramsci, “el arte de construir lo que aún no existe”.

Por eso, el estratega del presente y del futuro no es solo el que gana elecciones, sino el que interpreta con lucidez las señales del tiempo, articula con inteligencia los intereses diversos, y construye un nosotros creíble, habitable y esperanzador.

Ese es el verdadero juego del poder. No el que se ejerce desde el miedo o la imposición, sino el que convoca desde la palabra, organiza desde la identidad y trasciende desde la acción.

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-Junto con la coordinadora nacional de PC, Laura Velázquez, el gobernador Américo Villarreal refuerza salvaguarda de la población

Julio 02 de 2025

Ciudad Madero, Tamaulipas. - El gobernador Américo Villarreal Anaya arribó a la zona sur del estado para dirigir, junto con la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, las medidas preventivas implementadas ante una importante creciente en el caudal del río Guayalejo-Tamesí, el cual desemboca en el río Pánuco.

Al presidir, la tarde de este miércoles, la tercera reunión de coordinación en las instalaciones de la Primera Zona Naval, el ejecutivo estatal llamó a mantener informada a la población, elaborar un plan estratégico y preparar todos los equipos necesarios con el apoyo de Sedena, Marina, Guardia Nacional y Pemex, ante una probable evacuación en colonias y la zona rural por la llegada de una creciente que transita paulatinamente hacia el Pánuco, derivada de las lluvias de la tormenta Barry.

Asimismo, se solicitó a la Comisión Nacional del Agua elaborar, cada hora, los reportes de las estaciones hidrométricas Magiscatzin y Tamesí, y presentar información precisa con datos técnicos que permitan seguir monitoreando la cresta de la creciente a fin de tomar decisiones para salvaguardar a la población vulnerable ubicada en zonas bajas.

En la reunión, la presidenta municipal de Tampico, Mónica Villarreal, y los alcaldes de Madero, Erasmo González, y de Altamira, Armando Martínez, informaron las condiciones y equipamiento de los refugios temporales para albergar a la población que lo requiera y los recorridos que se realizan para informar de manera directa a la población.

"Queremos mandar un mensaje preciso, conciso, que la población entienda, se sienta arropada y estar informando de manera asertiva y pensar solo en nuestra gente", expresó la titular de la CNPC, Laura Velázquez, tras reconocer el apoyo del gobernador Américo Villarreal a todas las acciones implementadas en esta zona por indicaciones de la presidenta Claudia Sheinbaum.

El mandatario tamaulipeco también informó que, por parte del Estado, se alistan las acciones necesarias para reparar las afectaciones, en cuanto el tiempo lo permita, de los tramos carreteros dañados por las lluvias.

También participaron en esta mesa de coordinación: el comandante de la Primera Región Naval, Carlos Eduardo L’Eglise Escamilla; el comandante de la Primera Zona Naval, Miguel Rivas Hernández; y el comandante de la 48 Zona Militar, Enrique García Jaramillo; así como el secretario general de Gobierno, Héctor Villegas González; el secretario de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga Álvarez, el coordinador estatal de Protección Civil, Luis Gerardo González de la Fuente, además de funcionarios y representantes de dependencias las federales participantes en las operaciones.

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