El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el gobernador de California, Gavin Newsom, mantienen un tenso pulso en torno a las protestas contra las políticas migratorias de la Casa Blanca que han sacudido Los Ángeles desde el fin de semana.
La tensión escaló a un nuevo nivel tras el despliegue el domingo de la Guardia Nacional sin el consentimiento del gobierno californiano.
La medida, ordenada por Trump en respuesta a las protestas contra las redadas migratorias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), fue calificada como “ilegal” y “provocadora” por Newsom, quien demandó a la administración federal.
Trump, por su parte, declaró que el gobernador de California debería ser arrestado por “obstrucción”, a lo que este le respondió desafiándole a que lo hiciera.