Una crónica de lo que puede uno ver y escuchar en la jornada de votaciones inéditas de este 1 de junio en México…
“¿Está usted embarazada?”, le pregunta el vigilante del plantel donde está instalada una casilla a la dama que, con una criatura, hacía fila adelante del reportero para ejercer su voto la tarde de este domingo 1 de junio, y no lo hizo por indiscreto, sino para darle entrada al salón de esa escuela, la Álvaro Obregón, en el que está la mesa de votación, y que así aguarde ella en el aire acondicionado, sin tanto calor.
“¿Le puedo tomar una foto para mi página de noticias?”, le hago a mi vez la pregunta, ya al interior de esa aula, a una chica que se apresta a depositar sus boletas marcadas en una de las ánforas, y ella accede sin reparo alguno, como también lo hacen la mujer, el hombre y la señorita que, por parte del INE y el IETAM, apoyan el ingreso con orden en la misma casilla.
Lo mismo hacen, sonrientes, las funcionarias y los funcionarios de las casillas instaladas en la primaria “El Arenal” y frente a la calle Regiomontana, en avenida Hidalgo, cuando se les pide que posen para ALInstante, mientras que en la 1420 de Tampico los encargados de la mesa directiva de casilla hasta bromean con el reportero.
Más allá de las críticas y escasa participación del electorado, de las situaciones que generaron quejas e inconformidad al inicio de la jornada y durante la misma, y de las denuncias de acarreo y de los “acordeones” pagados que se han sucedido este domingo, e incluso a pesar de uno que otro mal trato a reporteros en la secundaria 2 de Tampico, la gentileza ha campeado también, y bien, en esta inédita jornada de elecciones.
