No hubo música en vivo, pero si mucho amor a los fieles difuntos

Sin música en vivo, solo con el colorido de las flores de cempasúchil y mano de tigre, lucieron las tumbas de los fieles difuntos este dos de noviembre en los panteones municipales de Ciudad Madero.

Con un horario de 8 de la mañana a 6 de la tarde familias completas acudieron a pasar un momento junto a sus seres queridos que se adelantaron en el camino de esta vida y tras un año de no poder conmemorar tan improbable fecha, hoy el semáforo epidemiológico, lo permitió, de una manera diferente a años atrás antes de que nos golpeara esta pandemia del Covid-19.

Hijos acudían a ver los sepulcros donde reposan sus padres, sus hermanos, sus tíos, no obstante también llagaron padres de familia para acompañar a sus hijos que para su mala fortuna ya no están entre los vivos, sino gozando de la esperanza de la resurrección, cada uno portando sus ramos de flores como una ofrenda.

Algunas lápidas mostraban fotografías y veladoras, mientras que rezaban sus familiares por su eterno descanso y para que sus almas encuentren la luz perpetua que los lleve de regreso de donde vinieron por instantes para convivir.

Todo aquel que ingresaba a los campos santos tenía que pasar por un filtro sanitario donde solo se le aplicaba un poco de gel, se les olvidó al personal del ayuntamiento llevar termómetros infrarrojos para medir la temperatura corporal, eso si se les exigió portar en todo momento el cubrebocas y con ello evitar contagios de Coronaviris durante su estancia en los panteones.

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