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Las fuertes lluvias y las grandes inundaciones continúan planteando desafíos sin precedentes en el Sudán asolado por el desastre, donde 124 personas han muerto y casi 830 000 se han visto afectadas. Los trabajadores humanitarios están luchando a medida que se agotan los fondos, que son necesarios para continuar las operaciones para ayudar a las víctimas de las inundaciones.
Cientos de miles de casas han sido dañadas o destruidas, mientras que grandes extensiones de tierras agrícolas se han visto afectadas justo antes de la cosecha.
Casi 830 000 personas se han visto afectadas debido a que las intensas lluvias y las inundaciones siguen planteando desafíos sin precedentes para las víctimas, y la financiación para responder es extremadamente baja.
El país, que se ve afectado por múltiples crisis, incluido el brote de COVID-19, la poliomielitis y el conflicto armado, solo recibió el 15 por ciento del presupuesto de 110 millones de dólares necesario para las necesidades de atención médica, y solo el 22 por ciento del presupuesto solicitado de 71.6 millones de dólares para agua e higiene.
“Las organizaciones de ayuda se están quedando sin apoyo y se necesitan con urgencia más fondos”, dijo ONU OCHA