Europa está reabriendo sus fronteras internas, tras meses de aislamiento para frenar propagación del coronavirus, un paso adelante que coincide con el miedo a una segunda ola en China y con la situación crítica en América Latina, aún en el ojo del huracán.
Este día, Alemania, Bélgica, Francia y Grecia decidieron restablecer la libre circulación con todos los países de la Unión Europea (UE). Grecia fue aún más lejos y está dispuesta a recibir a turistas de otros países como Australia, Nueva Zelanda, Japón o China.
La isla de Santorini, una de las más turísticas de Grecia, recibe así a sus primeros visitantes, dividida entre la impaciencia por recuperar los ingresos y su habitual ajetreo y el miedo a contagios.
“Les esperamos desesperadamente. Los necesitamos. Si no vienen, ¿cómo vamos a sobrevivir?”, declara Michalis Drosos, que trabaja en una tienda de recuerdos del centro de Fira, ciudad principal de la isla.