El club abrió a las 17:00 horas. En el interior, Thórhallur Vídarsson, el gerente de este establecimiento de moda, puede acoger a 160 clientes sin reglas de distanciamiento físico. A Smári Jökulsson, que trabaja a tiempo parcial en un centro de ocio, no le plantea problema.
“Como trabajo con niños, soy bastante relajado con las reglas de distanciamiento social”, confiesa el joven camarero de 22 años, contento de tener espacio después de semanas de fiestas en casa con mucho alcohol.
Cabe mencionar que. Las discotecas deben cerrar a las 23:00, al igual que los bares y salas de juegos que también han reabierto. Demasiado pronto para poder admirar el sol de medianoche en la isla boreal, donde el sol casi no se pone entre mediados de mayo y de agosto.
Normalmente los islandeses comienzan la fiesta en casa para evitar gastar demasiado y pueden disfrutar de la vida nocturna hasta las 3 de la madrugada de lunes a viernes, y hasta las 4:30 los fines de semana.
A mediados de mayo el gobierno anunció su intención de reabrir las fronteras antes del 15 de junio y prevé ofrecer un test a los viajeros que lleguen a su único aeropuerto internacional, para evitarles dos semanas de cuarentena.