Ante la falta de trabajo que hay derivado del confinamiento social que provocó el Covid-19, pintores se las están viendo negras para llevar el sustento a sus familias; sin embargo, las mujeres han entrado “al quite” y se pusieron a vender comidas para ayudar a sus parejas.
Así lo expuso Juan Donato González, secretario general del sindicato que agremia a los pintores en la localidad.
Dijo que el gremio lo integran aproximadamente 30 personas y que ahorita sólo hacen trabajos pequeños como impermeabilizar porque no hay más trabajo y el poco que hubiera la lluvia se los quitó.
Señala que las familias venden hot-dogs o tamales y así la van pasando “allí la vamos capoteando algunos sí se la ven bien difícil, pero algunas esposas de otros trabajan y hacen frente
ayudando a mantener a la familia, algunas venden tamales si el jefe de familia no está trabajando ellas lo apoyan”, señaló.
El líder de los pintores comenta que es tan grave la situación que por eso pidieron apoyo al municipio hace como tres semanas.