A casi un mes de que se suspendiera la producción de cerveza en México, la cadena productiva cebada-malta-cerveza continúa en la incertidumbre debido a que el gobierno federal no le ha otorgado de manera formal el reconocimiento como agroindustria y con ello ser considerada como actividad esencial para la economía, y seguir operando de manera normal ante la contingencia sanitaria por el covid-19, como ocurre en Estados Unidos y Europa.
Fue el pasado 10 de abril cuando el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, reiteró que la fabricación de cerveza no es considerada una actividad esencial, por lo que la reanudación de sus actividades no está permitida, aún cuando días antes la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) envió a la Cámara de la Industria Cervecera un oficio en el que se invitó a sus integrantes a reanudar sus actividades de fabricación y comercialización en el país debido a su importancia para el campo.
Fue el 31 de marzo cuando el gobierno federal declaró emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, suspendiendo todas las actividades no esenciales en todo el país, entre ellas la producción de bebidas alcohólicas. Tras el anuncio Heineken, Grupo Modelo y Constellation Brands anunciaron paros definitivos o parciales en sus producción y distribución, además de haber reconvertido algunas de sus líneas de producción para la elaboración de gel antibacterial.
Cabe destacar que las cerveceras son de las industrias que más empleos directos e indirectos producen en el mundo, como por ejemplo Heineken International que desde 2015 es propietaria de más de 165 fábricas de cerveza en más de 70 países. La empresa cervecera holandesa cuenta, a día de hoy, con unos 76 mil empleados.