Después de horas de incertidumbre en las que estuvo a punto de suscitarse un brote de violencia y con un fuerte despliegue de las autoridades, se procedió al desalojo del bar “Bari Loche” ubicado en la margen de la Laguna de Champayán por parte del ayuntamiento de Altamira.
Desde temprana hora personal de la comuna arribó el negocio en mención que venía operando desde hace unos cinco años, haciendo ver al propietario Roberto Vega que se procedería a desalojar y derrumbar las instalaciones al estar situadas en un área verde.
Lejos de acceder a este ordenamiento, el dueño del negocio se atrincheró junto a unos 25 empleados y familiares evitando que se consumara el acto, quedando la zona acordonada por elementos de la Policía Estatal Acreditable con apoyo de Vialidad.
Ante esta situación se solicitaron refuerzos, arribando además patrullas del Ejército Mexicano, continuando el responsable del bar en su postura de no acceder al desalojo, exigiendo ver una orden para tal efecto.
Luego de varias horas de incertidumbre finalmente cedieron a la presión de las autoridades, siendo pasadas las tres de la tarde cuando comenzó a llevarse a cabo el ordenamiento del gobierno municipal.