En el Municipio de Altamira no se tiene la cultura del respecto hacia las personas con capacidades diferentes, esto pese a que existen los espacios destinados para ellos así como la presencia de agentes de vialidad que observan las faltas y no hacen nada.
Tal es el caso del señor Gerardo Pérez Zaragoza, quien desde hace años se moviliza en una especie de bicicleta que maneja con sus manos, al día, dijo, se topa hasta con 30 rampas obstaculizadas en la zona centro y zona comercial.
Manifestó que es algo que más que generar coraje es de pena, ya que además sufre de agresiones verbales por parte de los infractores.
“El problema es que los agentes de vialidad no hacen su trabajo, se necesita de mano dura contra estas personas, que los multen”.
El ciudadano detalló, que los agentes son flexibles en estos casos, por lo que hace un llamado a las autoridades para que se pongan mayor atención en este tema.
Cabe señalar que, las rampas que regularmente deben de ser de color azul carecen del señalamiento, agravando el problema para las personas que sufren de alguna discapacidad.
