Hostales u hoteles.

Para nadie es un secreto que las cuartearías, ahora llamados hostales, que se localizan en las inmediaciones de playa Miramar y que se rentaban a bajo precio a turistas simplemente no cumplían con ninguna ley. 

Primero cobraban lo que querían, no mostraban los costos, jamás fueron supervisados por autoridades sanitarias -aún cuando mucho ofrecen incluso alimentos y menos se adaptaban a las necesidades de protección civil.

En materia de seguridad carecían o carecen de todo, no cuentan con extintores, salidas de emergencia, señalamientos y mucho menos alarmas o sistemas contra incendios, aún cuando ahí se alojan en ocasiones por días familias enteras. 

Esta mala operación de los hostales quedó en evidencia en julio del 2014 cuando la niña regiomontana de nombre Melany fue rapada de uno de los cuartos de estos negocios, siendo violada y asesinada, para ser encontrado su cuerpo sin vida un 19 de julio en terrenos de la Secretaría de Marina.

El hecho conmocionó a la sociedad y encendió los focos de alerta de las autoridades municipales, quienes prometieron que solucionarían y regularían este problemas pero jamás lo concretaron.

Con la entrada de este nuevo Gobierno se dijo que se iban a regular y que aquel que no cumpliera con la ley simplemente no iba a poder operar y eso escandalizó a más de uno.

Hubo quienes salió en defensa de las pobres personas que tienen ese “negocito”, que son sustento familiar, que el municipio atenta contra su patrimonio. La pregunta es ¿a tres años de la muerte de Melany ya se les olvido la tragedia y quieren que se repita?.

Acaso no todos los que tienen un negocio o mejor dicho todos los ciudadanos debemos cumplir con la ley, ¿porqué los dueños de estas cuartearías deben quedar exentos de los cumplimientos y normas a los que están obligados?.

Para lograr un acuerdo con los dueños de hostales el alcalde José Andrés Zorrilla Moreno se reunió con ellos y les ofreció facilidades de regularización y capacitación gratuita, además de seguridad que dicho sea de paso a dar la protección está obligado.

La propuesta fue bien vista por los hostaleros quienes simplemente le pidieron al alcalde que los apoyará con calles y difusión a lo que la autoridad se comprometió asegurando que no tienen porque estar en el clandestinaje y ocultar una actividad que regulada es completamente legal. 

Si verdaderamente quieren competir con los hoteles y dar la seguridad a sus ocupantes que año con año arriban los dueños de estos negocios deben cómplice con la ley para que los turistas no tengan el predicamento de irse a un hotel aunque sea más caro o arriesgarse en un hostal por ahorrarse unos pesos.

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