A casi dos meses de iniciada la actual administración municipal, encabezada por José Andrés Zorrilla Moreno, ha quedado en claro que poco o casi nada es lo que le interesa playa Miramar.
Para empezar al señor le resulta más importante cambiarle el nombre a la marca Tampico – Miramar que realizar las obras y mejoras necesarias para que Miramar deje de ser un cochinero.
El alcalde maderense se ha paseado por todas las colonias inundadas para regalar colchonetas y cobijas, pero a la costa que también resultó afectada por el aguacero del 3 de Noviembre simplemente no se ha parado.
Y la condición de la playa es vergonzosa ya que se ha convertido en el más grande depósito de aguas negras convirtiéndose en un gran foco de infección que absolutamente nadie se ha preocupado por atender.
El agua pestilente proviene de colonias como Miramar I, Miramar II, Emilio Carranza que no tienen el servicio de drenaje ya que la obra para instalarlo ha sido pospuesta o quedado inconclusa en dos ocasiones.
La última fue el año pasado en el proyecto de más de 20 millones de pesos para dotar de este servicio las colonias aledañas pero resulta que el dinerito no les alcanzó y fácilmente dejaron el proyecto abandonado.
Eso ha ocasionado que con las lluvias el agua de fosas sépticas se salieran y escurrieran hasta la avenida Madero, pasando por la glorieta de la Sirena y de ahí a la zona de estacionamiento y palapas.
Desesperados por esta situación los prestadores de servicios bombearon el agua apestosa a playa e incluso hicieron zanjas para desfogar el contenido contaminado al Golfo de México.
Ahí sí pusieron el grito en el cielo, culpando a los palaperos y vendedoras de esta “irresponsabilidad” lo que no tomaron en cuenta es que es un trabajo que Comapa y el municipio no hicieron con unidades vactor.
La flamante directora de turismo, María de Lourdes Aranda Jiménez, solo ha repetido hasta el cansancio que no es agua negra y que el área certificada de playa no está en riesgo, cuando sabe que es falso.
Si no es agua contaminada, Red Metropolitana reta a los funcionarios municipales a que se echen un chapuzón en Miramar a la altura de la entrada de la glorieta de la Sirena a ver si por lo mínimo no salen con urticaria.
Déjense de estar negando, lanzando culpas y diciendo que este es un problema viejo que no se atendió, enfóquense en verdaderamente resolver de fondo ser problema que afecta severamente a cientos de personas que viven de playa.
Si señores el agua que escurre a Miramar es de drenaje, la están contaminando, está en riesgo él área certificada y ha afectado la imagen del turismo de Nuevo León, pero parece que eso a Comapa y al Ayuntamiento no les interesa.
