CIUDAD DE MÉXICO.
João Havelange, quien fuera presidente de la FIFA de 1974 a 1998 falleció ayer en Río de Janeiro, su ciudad natal, a los 100 años. Inventó el futbol moderno, cuando la pelota rodó a la par de la mercadotecnia. Le abrió las puertas a los más altos jerarcas del mundo y de los negocios, con lo que hizo de cada Mundial un negocio multimillonario.
Exjugador de waterpolo y nadador, Havelange, que compitió por Brasil en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y Helsinki 1952, fue el primer presidente no europeo de la FIFA, entidad que lo nombró presidente honorario, cargo al que renunció en 2013 por una tormenta de denuncias por corrupción.
Vio cumplido uno de sus últimos sueños: ser anfitrión de los Juegos Olímpicos en su ciudad natal el año de su centenario. Su deceso ocurre justo a la mitad de Río 2016.
Hay quien piensa que hizo un bien al arrebatar el futbol del control europeo, pues hasta antes de él, el séptimo presidente de la FIFA, habían pasado tres ingleses, dos franceses y un belga.